(Escribe Pablo Villaverde). A fines de 1894, el ingeniero Sr Allan Darton, director de los talleres del Ferrocarril Noroeste, planeo y diseño esta maquina.
Una vez terminados los planos, pasaron estos, para la ejecución de los modelos, a las manos de aquel artista que fue Don Juan Gallinotti, quien, con onda dedicación y encendido amor les dio forma para la fundición. Labor esta dedicada y minuciosa, realizada en los talleres del Sr José Pons Palet, prestigioso industrial y obrero experto en fundición del hierro y bronce.
La caldera fue confiada para su ejecución al obrero especializado Sr Pablo Acatti quien, en conocimiento y pericia del oficio, solo tuvo en Salto un compañero y rival, en la persona de aqueo otro “tigre” de la propulsión a vapor, que se llamo Don Pedro Iturburu.
El ajuste, torneado y armado de todas las piezas que componen la maquina, fue obra de los señores: Serafin Urroz, Pedro Tenca, como ajustadores y torneros.
La dirección y control de los talleres estaban a cargo del inglés Mister Douglas McIlrich.
En el mes de Julio de 1895 “La Criollo” fue terminada.
En su primera prueba, en un tramo de 2 kilómetros y sin forzarla al máximo, esta marco 80 kilómetros por hora.
Extraído de : Salto, de ayer y de hoy – Eduardo Taborda 1955
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