Muchas veces constatamos con sorpresa que teniendo bellezas como nuestras costas, cuando el Río Uruguay es visual y no furia con sus aguas, el salteño por opción y vaya uno a saber porque otro motivo más, se coloca de espaldas a esa preciosura de la naturaleza.
Aún a sabiendas que una caída del sol como la que compartimos, convoca a la paz y la tranquilidad, mate en mano preferimos mirar al pavimento.
Algunas costumbres deberán cambiar, y proponemos esta imagen como la del día, para sensibilizar y valorar realmente lo que tenemos como bellezas naturales.
(Foto Paula Fernández)
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