Trascendió en las últimas horas que desde hace unas semanas la mesa política del Frente Amplio venía manejando la situación de Carlos Aramburo.
Como cargo de confianza, el mismo habría ido, a entender de la mesa, contra los principios más básicos de la izquierda: no al clientelismo, no a la caña de pescar sin enseñar a hacerlo, y a prometer por prometer.
En ese marco, la mesa venía analizando que postura tomar, por lo que formalmente esta semana se procedió en consecuencia, pidiendo explicaciones al «puntero político en cuestión».
Como las mismas no fueron bien recibidas, e incluso para muchos inconsistentes, se estableció pedirle formalmente al intendente de Salto la renuncia al cargo que ocupaba.
Aramburo logró ocupar una oficina en el círculo íntimo de Lima, ocupando y manejando decisiones en el entramado más cerrado de la actual administración.
Fuentes consultadas confirmaron que en un 99% es probable que Lima solicite la renuncia a Aramburo por entenderse que son situaciones de extrema gravedad.
LA CALDERA DEL DIABLO ES UN POROTO