Durante la semana que pasó amigos de lo ajeno visitaron la cancha de baby fútbol de Almagro con el único y vil motivo de robarse cables del alumbrado del escenario deportivo donde decenas de niños semana tras semana se dan cita para disfrutar del deporte que adoran.
La institución, que sobrevive gracias a la garra y el corazón de los distintos colaboradores que forman parte de la misma, deberá movilizarse para recaudar fondos y nuevamente instalar la iluminación en su cancha.