Muchas anécdotas quedarán seguramente de quienes salieron a disfrutar de la noche de la Nostalgia. Encuentros, recuerdos, disfraces, diversión, y esperar la salida del sol con muchas ganas de comer algo o de fumarse un buen cigarro para disfrute de un buen momento vivido.
Lo bueno es que en esa variada gama de ofertas que se presentaron ya que no trabajaron solamente los bailes habilitados sino puestos gastronómicos móviles, kioscos armados, panchos, etc., que proponían todos los servicios posibles para los salidores.
Incluso hasta SIGARROS (¿?) se llegaron a vender en uno de esos puestos que no se supo definitivamente cual era su destino, fumarlos, comerlos o beberlos. Ante la duda, la fotografía que constata el testimonio relatado.
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