(Escribe Prof. Regino López). La primavera trae con su llegada el renacimiento de la vida y la esperanza y junto a este renacimiento esperanzador, nació el 21 de setiembre de 1920, el Partido Comunista de Uruguay. Ser comunista es adoptar una filosofía de vida y tomar postura ante las grandes injusticias, entendiendo que el orden económico social, político y cultural que se nos muestra como natural, es histórico y que nace de la dominación del hombre por el hombre y de la clase que tiene el poder. El Partido Comunista de Uruguay, nació en medio de las luchas y los combates de los trabajadores por lograr mejoras en su calidad de vida y en la sociedad. El partido se nutrió siempre de clase obrera y trabajadora, de hecho es del seno mismo de esta clase que nace y se manifiesta tomando sus mejores cuadros sindicales y políticos. Desde siempre apostamos a la unidad de la clase a la que pertenecemos y abrigamos la idea de unidad de la izquierda a través de propuestas y proyectos comunes. Fue así que recorrimos un largo camino de búsqueda de unidad sindical y partidaria, con fallas, pero con acumulación de experiencias, permitiendo llegar ala conformación del Frente Izquierda de Liberación en el año 1962, logrando la presentación común, bajo un mismo lema, de comunistas, batllistas y nacionalistas. Fueron tiempos donde los partidos tradicionales se agotaron en sus concepciones y las posibilidades de concreción de los proyectos avanzados se debieron buscaren otros lugares y allí estuvo el Partido, respetando lo que cada uno pensaba, pero dando posibilidades de elaboración programática y de cambios a través de un Frente común y eso fue el FIDEL. De esta experiencia de unidad, maduramos para poder trabajar en la concreción final en 1971 del Frente Amplio, junto a compañeros de otras organizaciones de izquierda y provenientes de los partidos tradicionales que vieron la estrategia del Frente Amplio como posibilidad madura y real de los cambios tan necesarios para Uruguay. Nos tocó enfrentar la dictadura y siempre estuvimos ahí, con cientos de compañeros presos, detenidos, torturados, clandestinos, destituidos, exiliados y decenas de desaparecidos. Caía una dirección e inmediatamente se recomponía el organismo y se seguía dando combate. No fuimos los únicos que luchamos contra los militares y civiles golpistas, lo hicimos junto a valerosos y valerosas compañeras y compañeras de otros grupos, otras listas, otros partidos, independientes y militantes sindicales. Nos entregamos por completo a la lucha y perdimos a unos cuantos, con heridas que hasta hoy sangran. El Partido es el lugar donde todos nos encontramos, crecemos, nos formamos e integramos las herramientas teóricas y prácticas necesarias para comprender el mundo y la realidad del momento. Somos personas comunes y corrientes, hijos de vecinos, salidos del barrio, que diariamente trabajamos y sufrimos los mismos problemas y realidades que
cualquiera que nos rodea, pero que abrazamos la causa revolucionaria y con compromiso y perspectiva de clase nos movemos disciplinadamente, de manera consciente y con el objetivo de concretar el socialismo y la eliminación de la injusticia y la explotación.
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