Que inseguridad la inseguridad….

En la tarde de este domingo se promovió una costumbre más bien identificada con estructuras político partidarias como las de Argentina, con incendio de gomas y demás.

La inseguridad plantea inseguridad, hasta en nuestra forma de pensar.

Que la situación en cantidad de delitos y la forma violenta de las mismas ha crecido, nadie puede discutirlo, nadie puede negar que la audacia ya pasó a ser moneda corriente pero al parecer perdemos el foco de la discusión.

Le ponemos nombre y apellido a los responsables y solicitamos “ya el cambio del ministro del interior” con quien no comulgamos en su proceder pero a quien no le tiramos la responsabilidad de nada.

Hay cuestiones que tiene que ver con lo histórico inmediato. A comienzos del año 2000 un estudio sobre la salida de las drogas en el continente sudamericano, arrojó que la mejor salida se planteaba por Uruguay, por las fronteras terrestres y las posibilidades áreas y marítima que contaban con escaso control.

Ese mismo estudio planteó que también Uruguay era tierra fértil para incentivar la venta y consumo de drogas.

Tiempo después arribó, y lamentablemente para quedarse, la “pasta base”. Y se arraigó muchísimo, con un costo literalmente accesible, y con los riesgos de no saber a ciencia cierta que contenido tienen en realidad. Sin embargo, esa triste realidad, de la droga consecuente de estos delitos que suceden, para a ser responsabilidad absoluta de Bonomi.

La inseguridad nos ha vuelto muy inseguros y lo que es peor, de escasa memoria.

El porcentaje mayor de reclusos en el INR Nº 20 es como consecuencia de un delito directamente relacionado con drogas o muy cercano.

El nivel de dependencia que genera la “pasta base”, llega a tal punto que la realidad deja paso a una fantasía indescriptible, mortal, letal.

A eso sumar que nuestra memoria no recuerda con quien durante mucho tiempo conectamos las bocas de ventas con destacados y connotados personajes que estaban para brindar seguridad pero lamentablemente en un régimen de corrupción también planteaban su “negocio particular”.

Claro, ahora lo que sucede es pura y entera responsabilidad de Bonomi desconociendo que en esto es como cuando siendo chicos rompíamos un vidrio y decíamos “yo no fui”.

Como sociedad nos merecemos ante todo un poco más de honestidad y si el juego es utilizarlo políticamente, a beneficio de algún partido con aspiraciones, déjenme decirles que es muy pobre no hablar que nuestra gurisada muere por la droga y mata también por ella.

Finalmente. El otro día publicamos nota relacionada sobre el operativo que terminó con la detención de seis deportistas en Salto. Los comentarios de la nota fueron muy tristes: “cierren las bocas y dejense de joder”.

Eso muestra un desconocimiento absoluto que ese otro tipo de drogas también mata y apunta a un perfil social y económico más elevado que la media.

No miren para el costado cuando sepan de una boca de venta, denuncien si realmente se sienten inseguros porque caso contrario están siendo cómplices de una inseguridad que alimentamos entre todos.

Daniel Caiazzo.