100 Años

(Escribe: Senador Germán Coutinho). La actividad política nos ha brindado uno de los más grandes honores de nuestra vida que es el haber sido electo Diputado y dos veces Senador de la República siendo hijo de Salto y con lo difícil que es llegar a esos lugares desde el norte. Colorado por herencia y luego por convicción, hoy tenemos la oportunidad y la posibilidad de representar a una colectividad, que tanto ha tenido que ver con la defensa de la Democracia y la construcción de la República. 
Pensando en el camino recorrido y en el porvenir, es que hoy queremos hacer referencia al Palacio Legislativo y a la Declaración de Interés Nacional por la conmemoración de los 100 años de su inauguración que será en el 2025 pero en la que se viene trabajando desde hace varios meses por todo lo que esa obra arquitectónica representa. 
El edificio fue inaugurado por la Asamblea General en sesión solemne un 25 de agosto de 1925, el mismo día que se conmemoraba el Centenario de la Declaratoria de nuestra Independencia, constituyendo la mayor construcción arquitectónica de la época, que representara el valor de la democracia como el símbolo más importante del país. Así lo entendía el General José Artigas con aquella frase que dijo a los representantes de los pueblos de la Banda Oriental y que hoy ocupa un lugar en el sitial de honor de la Cámara de Representantes, “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana”.
En este lugar se forjó parte de la rica historia de nuestra patria, donde debemos valorar a todos aquellos que hicieron posible esta obra que representa a cada uno de todos los uruguayos. Así lo entendía el Presidente José Batlle y Ordoñez cuando el 18 de julio de 1906 colocó la piedra fundamental expresando que “De aquí irradiará a todo el país un fulgor intelectual y moral cada vez más intenso. Aquí se elaborará la felicidad, la grandeza y el honor de la patria”.
Ese Palacio que optó por la construcción de cinco puertas, todas del mismo tamaño y que simbolizan nada menos que la igualdad de todos los ciudadanos que pasan por allí, recordándonos que representamos a todos.
Estamos convencidos que todos los legisladores que han pasado por el Palacio Legislativo, así como todos aquellos que en el futuro lo harán, deberemos continuar con la tarea de dar cumplimiento al mandato soberano. Un trabajo, no siempre valorado y muchas veces poco comprendido que busca que en la defensa de las ideas se encuentren acuerdos para generar lo mejor para el país. 
Y esto es así, porque por encima de todo, nuestra obligación es tener la madurez de trabajar todos juntos, con tolerancia, con respeto de la opinión del otro, insistiendo en el diálogo y así avanzar comprometidos con el país, porque este siempre está primero , por encima de los partidos políticos y de nosotros mismos .